Hiru y su hermana vivian con una señora mayor, pero su dueña ingresó en una residencia y ellas se quedaron solas encerradas en un piso, comiendo lo que una vecina las hechaba desde el balcon. Después la policía cerró el piso, dejando a las dos gatas dentro! Cuando pudieron entrar a rescatarlas estaba asustadas, sucias, delgadas, comiendo lo que podian de la despensa, la casa llena de mierdas, no se dejaban ni coger. Pero resultaron ser dos gatas buenazas, cariñosas y mimosas. Hiru fue adoptada en Madrid donde es feliz junto con otro compañero gatuno, ya ha dejado atrás su triste pasado.
Hiru en Madrid con su hermano adoptivo
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